4.11.09

eBay y el mundo

Hace años nadie imaginaba que podríamos comprar cosas sin salir de casa, y hoy en día parece tonto el que no haya comprado nunca por eBay o una de las mil páginas que existen para vender diferentes productos. Realmente es una opción muy cómoda ya que sin moverte apenas del sofá o la silla puedes disponer de aquello que andabas buscando hacía tiempo pero que por el palo de recorrerte mil tiendas para encontrarlo nunca lo obtenías. Hoy no, pones en el buscador de eBay lo que quieres y no hay que esperar mucho que ya te salen muchísimos productos entre los cuales seleccionar. Además, sin olvidar que la figura del vendedor tampoco es necesaria, ya que solo hace falta cambiar de ventana en el navegador, meterte en Google e introducir el nombre del producto para que te salgan mil resultados entre foros, páginas oficiales y demás en los que encontrarás más información de la que te podría ofrecer un vendedor normal y corriente al que lo único que le interesa es la comisión que recibirá al realizar la venta.

Pero no es oro todo lo que reluce, como bien me ha dicho hace poco una amiga, ya que no deja de ser una manera muy fría, muy individualista. Con lo placentero que es recorrerse mil tiendas (y porqué no, caer en el comprar otra cosa que quizás no tenías en mente) en busca de lo que sea que quieras, en compañía o a solas, pero siempre en contacto con otras personas. Aunque sea para pelearse con el vendedor que ves que en realidad no sabe nada sobre lo que te está vendiendo, pero ya es más productivo que pelearse con el ordenador porque no se carga la página o justo ha perdido la conexión cuando estabas tramitando el pedido. Además, se pierde la gracia de tener en tus manos el producto y observarlo detenidamente antes de realizar la compra, que queramos o no es un factor importante antes de comprar, porque las cosas nos entran mucho por la vista, y no es lo mismo ver una foto que verlo en realidad, desde todos los ángulos y poderlo tocar, también importantísimo, o acaso no preferimos tener un cachorrito en nuestras manos que no únicamente poderlo ver a través de fotos. Y en un día de depresión.... qué mejor que irse a Portal de l'Àngel a recorrerse las tiendas que hay en busca de algo que alivie el desconsuelo.


Todo lo bueno, tiene un lado malo... Aunque eso sí, no deja de ser una manera tan efectiva como otra de comprar, más cómoda, más individualista, más rápida y... ¿más o menos segura?

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